Empecemos por el principio: Revisando las nuevas características, honestamente no hay nuevas características que obliguen la actualización más que las ganas de probar lo último de lo último, más bien se trata de darle un fundamento más sólido a las características ya presentes en Fedora 18 y un nuevo impulso a la comunidad en general.
El instalador
El instalador se ha mejorado... Pero tengo que ser sincero con ustedes: No me gusta. Y más que un problema de gustos y colores, lo que sucede es el concepto mismo del instalador:- No tiene un orden, no guía al usuario y no resulta satisfactoria la experiencia al usuario... ¿Que es algo diferente? Sí ¿Qué cumple su cometido? Sí, al final sí instala ¿Qué funciona adecuadamente? No, puede ser confuso y propenso a errores.
- Se antoja lento, quizá con pereza a las órdenes del usuario. Incluso llegó a bloquearse por instantes, no sé si seré yo pero cuando digo "Listo" es que es ¡Listo! en otro caso debería decir "Espere un momento" o ¡Algo!... A veces se queda quieto con todos los botones deshabilitados y uno solo lo puede mirar con desconfianza y recelo.
- Aún carece de opciones que yo ya considero "Elementales" para un instalador de una distribución del siglo XXI. Ejemplo: ¿Por qué no hay una opción que me permita descargar de una vez las actualizaciones?
A su favor debo decir:
- Se agradece que por fin se pueda crear un usuario durante la instalación y no requerir este paso obligadamente luego del reinicio del sistema... Es un cambio monumental que, aunque tarde, se recibe con aplausos. Eso sí, toca hacerlo apenas empieza a copiar archivos, pues llega un momento en que se deshabilita la opción y no hay poder humano que lo haga funcionar.... Podría mejorarse.
- El instalador de KDE, si bien no estoy seguro que sea Qt ¡Sí que parece Qt!... Ya no se ve una horripilante ventana GTK de entrada (Me refiero por los colores y letras) que empañaban el aspecto pulido de KDE.
- No sé si seré yo, pero me pareció que el instalador en el spin de KDE se desempeñó mucho mejor.
Por suerte es algo que se usa solo una vez... Aunque a muchos no les den muchas ganas de seguir adelante.
El escritorio
Gnome
Ay Gnome, Gnome... Gnome. Hay algo que tengo que decirles sinceramente sobre Gnome: Ya vamos en la versión ¿Versión qué? ¡3.8! Y nada que madura. Creo que son palabras mayores cuando una distribución indiscutiblemente "Gnomera" como Fedora empieza a proveer otras alternativas como Mate y Cinnamon en favor de los usuarios.Fuera del escritorio en sí, debo decir que la integración es correcta, no muy pulida de entrada (Es un Gnome Vanilla) pero correcta... Nada que dedicarse un par de horas a buscar un algunos temas, fondos y fuentes de pantalla no puedan arreglar.
En mi caso, Cinnamon como escritorio es mi elección predilecta, minimalista sin ser mediocre, configurable y se integra perfectamente con el entorno GTK. Vale la pena.
KDE
Por el lado de KDE no hay mucho que decir. La comunidad que lo mantiene ha hecho un estupendo trabajo en lograr que cada día más las herramientas por omisión de la distribución estén alineadas al escritorio desde el mismo instalador. Desafortunadamente siempre será necesario "Ensuciarse las manos" con algo de GTK pero su integración a rasgos generales es muy superior a lo que habíamos visto anteriormente.El sistema
No he tenido problemas con el uso del sistema. Puedo decir que a pesar de los joven de su paquetería corre de forma bastante convincente. Por otra parte el consumo de recursos es el adecuado, rondando entre 300 y 500MB de RAM apropiada por el sistema en frío de acuerdo al software instalado.Apenas terminas la nueva instalación, a la fecha te esperan unos 350 MB de actualizaciones, nada mal para una estabilización de un conjunto de aplicaciones ávida de nueva vida.
En cuanto a la instalación de paquetes, se nota el toque del nuevo RPM 4.11. Luce más rápido pero no es tan evidente como el uso del procesador que hace: Fácilmente puede llevar uno o dos núcleos por encima del 80% aunque este consumo de procesamiento en realidad es cortesía de DeltaRPM, que calcula las diferencias entre el paquete nuevo y el antiguo, descargando sólo los cambios del nuevo y reconstruyendo localmente el paquete, salvando preciado ancho de banda.
Las conclusiones
La respuesta a la pregunta si el gato está vivo es: "Vivito y coleando". Ciertamente Fedora 19 carga con pesos derivados de otros proyectos (Ej. Gnome) y no se ayuda con aspectos que aunque finitos (De una sola vez) impactan como el instalador. No obstante, pienso que esta nueva edición de alguna u otra forma retoma la senda, una senda de una distribución que siempre busca innovar y traer lo último a sus escritorios sin sacrificar la confiabilidad... En ese órden de ideas, Fedora 19 cumple.
¿Que se puede mejorar? Por supuesto, siempre he dicho que desde la misma presentación (No un Gnome tan Vanilla) y fondos de pantalla más acordes con los temas propuestos al nombre de la distribución cambiarían de entrada la percepción de una distribución austera y seria a una innovadora y puntera.
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